La Biblia declara:

“Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé”.

Ezequiel 22:30

Dios está buscando hombres y mujeres que hagan vallado y se paren en la brecha delante de Él, en oración con súplica y ruego, a favor de personas, hogares, familias, pueblos, ciudades y naciones. El Señor está buscando intercesores, porque la lucha no es contra el mundo natural ni contra seres humanos, sino en el mundo invisible contra espíritus diabólicos bien organizados.

La intercesión es un arma de guerra espiritual, es una maravillosa herramienta que Dios nos proveyó, no para ganar una batalla, sino para manifestar la victoria de Cristo en la cruz, en todo tiempo y en todo lugar. El mismo Señor Jesús dijo:

“Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos”.

Mateo 18:19

Cuando intercedemos no solo batallamos, sino también honramos a Dios; Lo honramos porque expresamos nuestra más profunda confianza en nuestro eterno salvador Jesucristo. Y cuando un hijo confía en Dios es recompensado y bendecido en todas las áreas de su vida. La biblia dice: 

Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuándo viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.

Jeremías 17:7-8